La antifragilidad es una cualidad que describe a aquellos sistemas que no solo resisten las dificultades, sino que se hacen más fuertes y mejoran con ellas. Es un concepto acuñado por el filósofo Nassim Nicholas Taleb, que lo aplica a diversos ámbitos de la vida, como la economía, la política, la medicina o la innovación.
Los sistemas energéticos son aquellos que proveen de energía a las actividades humanas, desde la producción industrial hasta el transporte o el ocio. Estos sistemas dependen de diferentes fuentes de energía, como los combustibles fósiles, las renovables, la nuclear o la hidroeléctrica, que tienen distintas características y ventajas.
En un mundo cada vez más complejo e incierto, los sistemas energéticos se enfrentan a múltiples desafíos, como la escasez de recursos, el cambio climático, la demanda creciente, la competencia global o las crisis geopolíticas. Ante este panorama, ¿cómo pueden los sistemas energéticos ser antifrágiles y beneficiarse del desorden?
Según Taleb, para ser antifrágiles, los sistemas energéticos deben cumplir con tres condiciones básicas: (i) infraestructura sostenible; (ii) instituciones sólidas; e (iii) incentivos adecuados.
- Infraestructura sostenible: se refiere a la capacidad de construir y mantener una red de producción, transporte y distribución de energía que sea eficiente, segura, resiliente y que minimice su impacto social y ambiental. Esto implica invertir en diversificar las fuentes de energía, mejorar la calidad y la accesibilidad de los servicios y adaptarse a los posibles escenarios futuros.
- Instituciones sólidas: se refiere a la capacidad de diseñar e implementar políticas, regulaciones y normas que orienten el comportamiento de los actores del sector energético hacia el bien común. Esto implica contar con organismos independientes y transparentes, generar y difundir información y datos confiables, promover la cooperación y el diálogo entre los diferentes intereses y garantizar el cumplimiento de las leyes y los derechos.
- Incentivos adecuados: se refiere a la capacidad de alinear los intereses de los productores, consumidores y reguladores de energía con los objetivos de sostenibilidad y antifragilidad. Esto implica establecer precios justos y competitivos, eliminar subsidios distorsionadores, fomentar la innovación y el emprendimiento, estimular el ahorro y la eficiencia energética y recompensar las buenas prácticas.
Estas tres condiciones pueden ayudar a que los sistemas energéticos se beneficien del desorden y se fortalezcan ante las dificultades. Así, podrán aprovechar las oportunidades que surjan del cambio y la incertidumbre, como nuevas fuentes de energía, nuevos mercados o nuevos modelos de negocio. Además, podrán contribuir al desarrollo humano y al cuidado del planeta.
Algunas de las principales barreras para el desarrollo de sistemas energéticos antifrágiles son:
- La falta de acceso global a las tecnologías, componentes y materias primas para las energías renovables, que limita su difusión y aprovechamiento en diferentes regiones y contextos¹.
- La resistencia al cambio de los actores del sector energético, que se aferran a los modelos tradicionales basados en los combustibles fósiles, que son más contaminantes, costosos y vulnerables².
- La ausencia o debilidad de políticas, regulaciones e incentivos que promuevan la transición hacia las energías renovables, que requieren de una visión a largo plazo, una coordinación intersectorial y una participación ciudadana¹³.
- La complejidad y la incertidumbre de los escenarios futuros, que dificultan la planificación y la gestión de los sistemas energéticos, que deben ser capaces de adaptarse y responder a las variaciones de la demanda, el clima, el mercado o la geopolítica³.
Para superar estas barreras, se requiere de un enfoque de sistema de sistemas, que integre los aspectos técnicos, económicos, sociales y ambientales de la sostenibilidad energética, y que involucre a todos los actores relevantes en el diseño, la implementación y la evaluación de las soluciones³. También se necesita de una mayor conciencia y educación sobre los sistemas energéticos y la antifragilidad, tanto para el medioambiente como para el desarrollo humano.
(1) Cinco formas de reactivar la transición a energías renovables. https://www.un.org/es/climatechange/raising-ambition/renewable-energy-transition.
(2) Energías renovables y sustentabilidad: una eficiente forma de gestionar .... https://www.revista.unam.mx/2021v22n3/energias_renovables_y_sustentabilidad_una_eficiente_forma_de_gestionar_los_recursos_naturales/.
(3) Retos y soluciones para el desarrollo de sistemas energéticos .... https://globalenergy.mx/noticias-especiales/columnas/retos-y-soluciones-para-el-desarrollo-de-sistemas-energeticos-sostenibles/.
